La gastroenteritis en perros es una afección relativamente común que puede causar incomodidad y preocupación tanto para tu mascota como para ti. Si alguna vez has notado que tu perro tiene vómitos, diarrea o parece estar más decaído de lo normal, es posible que esté sufriendo de gastroenteritis. Este artículo te brindará información completa sobre las causas, síntomas y tratamientos de esta enfermedad, además de algunos consejos para prevenirla y cuidar a tu perro si se ve afectado.
Qué es la gastroenteritis en perros
Es una inflamación del tracto gastrointestinal, que abarca tanto el estómago como los intestinos. Puede aparecer de forma repentina (aguda) o ser un problema persistente (crónica).
La gastroenteritis aguda es la más común y, aunque generalmente no es grave, puede ser un indicativo de otros problemas de salud que requieren atención veterinaria.
Causas comunes de la gastroenteritis en perros
Existen diversas causas detrás de la gastroenteritis en perros, y a menudo están relacionadas con la dieta, infecciones o incluso el estrés.
A continuación, te presentamos algunas de las causas más frecuentes:
Causas dietéticas
Ingestión de alimentos inapropiados: Los perros son conocidos por ser curiosos con lo que comen, y a veces ingieren cosas que no deberían, como basura, restos de comida, plantas tóxicas o incluso objetos no comestibles. Estos pueden irritar su sistema digestivo y causar gastroenteritis.
Cambios en la dieta: Introducir un nuevo alimento en la dieta de tu perro de manera abrupta puede provocar una reacción adversa en su estómago. Los cambios deben ser graduales para que su sistema digestivo se adapte.
Alimentos en mal estado: Consumir comida contaminada o en mal estado puede desencadenar una gastroenteritis por la presencia de bacterias o toxinas.
Infecciones y parásitos
Infecciones bacterianas y virales: Bacterias como la Salmonella y virus como el Parvovirus canino pueden ser responsables de causar gastroenteritis en perros. Estas infecciones suelen ser graves y requieren atención veterinaria urgente.
Parásitos intestinales: Los parásitos como lombrices, giardias y coccidios pueden infectar el tracto intestinal de los perros y causar diarrea, vómitos y malestar abdominal.
Causas no infecciosas
Estrés: Los perros son sensibles al estrés, y situaciones como mudanzas, viajes o la llegada de un nuevo miembro a la familia pueden causarles malestar estomacal.
Condiciones subyacentes: Enfermedades como la pancreatitis, la insuficiencia renal o hepática y las alergias alimentarias también pueden manifestarse con síntomas de gastroenteritis.
Síntomas
Reconocer los síntomas de la gastroenteritis es clave para actuar a tiempo.
Los signos clínicos más comunes incluyen:
Vómitos: Es uno de los síntomas más evidentes. Pueden ser ocasionales o frecuentes, y a menudo contienen bilis, alimentos parcialmente digeridos o espuma.
Diarrea: La diarrea es otro síntoma típico y puede variar desde heces blandas hasta diarrea acuosa y maloliente. En casos graves, puede haber presencia de sangre o mucosidad.
Letargo y falta de apetito: Tu perro puede mostrarse cansado, desganado y con menos energía de lo habitual. La pérdida de apetito también es común, ya que el malestar estomacal reduce sus ganas de comer.
Deshidratación: Debido a la pérdida de líquidos por vómitos y diarrea, es común que tu perro se deshidrate. Los signos de deshidratación incluyen encías secas, ojos hundidos y piel poco elástica.
Dolor Abdominal: Tu perro puede manifestar dolor en el abdomen a través de quejidos, cambios en la postura o reticencia a moverse. Algunos perros también pueden adoptar una posición encorvada para aliviar el malestar.
Diagnóstico
El diagnóstico de la gastroenteritis en perros se basa en un examen físico, la historia clínica y, en algunos casos, pruebas adicionales.
El veterinario puede solicitar análisis de sangre, pruebas fecales y, en casos severos, estudios de imágenes como radiografías o ecografías para descartar otras condiciones más graves.
Tratamiento de la gastroenteritis en perros
El tratamiento adecuado depende de la causa subyacente, pero generalmente incluye:
Rehidratación
Uno de los aspectos más importantes del tratamiento es asegurar que tu perro se mantenga hidratado.
En casos leves, ofrecer agua fresca y administrar soluciones electrolíticas puede ser suficiente.
En casos graves, es posible que el veterinario recomiende fluidoterapia intravenosa.
Ayuno controlado
En muchos casos, se recomienda un período corto de ayuno para darle tiempo al estómago y los intestinos de recuperarse.
Este ayuno debe ser seguido de una reintroducción gradual de alimentos blandos, como pollo hervido y arroz, bajo la supervisión de tu veterinario.
Medicación
Dependiendo de la causa, tu perro puede necesitar medicamentos específicos. Estos incluyen antibióticos para infecciones bacterianas, antieméticos para controlar los vómitos o antiparasitarios si se detectan parásitos.
Dieta especializada
Una vez que tu perro se recupere, puede ser necesario cambiar a una dieta especializada durante un tiempo.
Esta dieta suele ser baja en grasa, fácil de digerir y formulada para apoyar la salud gastrointestinal.
Medidas de prevención
Prevenir la gastroenteritis en perros implica mantener buenos hábitos de alimentación y evitar situaciones de riesgo:
Alimentación balanceada: Proporciona a tu perro una dieta adecuada para su edad, tamaño y nivel de actividad. Evita cambios bruscos en su dieta.
Evitar alimentos inapropiados: Mantén a tu perro alejado de la basura, alimentos tóxicos o en mal estado.
Vacunas y desparasitación: Mantén al día las vacunas y los tratamientos antiparasitarios para prevenir infecciones que puedan causar gastroenteritis.
Reducción del estrés: Proporciona un ambiente tranquilo y seguro para tu perro. Evita situaciones que puedan generar ansiedad o estrés innecesario.
Conclusión
La gastroenteritis en perros es una afección que, aunque común, no debe ser subestimada.
Mantener una vigilancia sobre los síntomas y actuar con prontitud puede marcar la diferencia en la salud de tu mascota.
Ante cualquier signo de alarma, lo mejor es acudir a tu veterinario de confianza para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Con los cuidados necesarios y un enfoque preventivo, puedes ayudar a tu perro a mantenerse saludable y feliz.
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