
¿Tu Gato está Gordo? Este es el Manual de Dieta
Cómo saber si tu gato está gordo
Determinar si un gato tiene sobrepeso u obesidad no siempre es fácil a simple vista, especialmente si lo ves todos los días.
Los veterinarios definen sobrepeso felino cuando el animal pesa alrededor de un 10% a 15% por encima de su peso ideal, y obesidad cuando supera el 20% a 30% del peso adecuado.
El peso ideal de un gato adulto promedio suele oscilar entre 3 y 5 kg (exceptuando razas grandes como el Maine Coon).
Por encima de ese rango, es muy probable que estemos ante un gato con problemas de peso.
Más allá de la báscula, si crees que tu gato está gordo, puedes evaluarlo físicamente con estas pautas:
Revisa sus costillas: Al tocar los costados de tu gato, deberías poder palpar sus costillas ligeramente. Si te cuesta sentirlas bajo la grasa, es señal de sobrepeso.
Observa su cintura: Mira a tu gato desde arriba; en un gato en forma deberías distinguir una ligera cintura detrás de las costillas. Si tiene forma ovalada sin ninguna cintura definida, probablemente esté excedido de peso.
Vientre y abdomen: Un gato sano tiene el abdomen recogido. Si la barriguita cuelga notablemente (bolsa de grasa) o el vientre está abultado y casi paralelo al suelo, es indicio de obesidad.
Columna y huesos: Palpa suavemente a lo largo de su columna vertebral. En un gato con peso adecuado podrás notar los huesos sin dificultad, mientras que en un gato obeso será difícil o imposible sentirlos.
Estos signos te orientarán, pero la forma más segura de saberlo es acudiendo al veterinario.
El veterinario puede evaluar la condición corporal de tu gato y confirmar si realmente necesita bajar de peso.
En caso afirmativo, también te orientará sobre cuántos kilos debería perder y cómo hacerlo saludablemente.
Dato: Estudios estadísticos publicados por la Universidad de Concepción indican que un 60% de las mascotas atendidas en sus centros (perros y gatos adultos) presentan sobrepeso.
Principales causas del sobrepeso en gatos
Entender por qué tu gato engorda es clave para poder revertir la situación. A diferencia de nosotros los humanos, los gatos dependen de sus cuidadores para llevar una vida sana.
Estas son las causas más comunes del sobrepeso y obesidad felina:
Alimentación inadecuada o excesiva: Dar porciones demasiado grandes, alimentos muy calóricos o demasiados premios es la causa número uno de obesidad en gatos. Se estima que el 60% de los gatos obesos llegaron a ese estado por la “indulgencia” de sus dueños, es decir, por sobrealimentarlos con buenas intenciones.
Vida sedentaria: Muchos gatos domésticos viven en departamentos o espacios reducidos y pasan gran parte del día durmiendo. La falta de ejercicio hace que quemen muy pocas calorías.
Esterilización y cambios hormonales: La castración es muy recomendable para la salud y bienestar del gato, pero tiene un efecto secundario: después de esterilizarlo, el metabolismo del felino se vuelve más lento y aumenta su apetito, lo que lo hace propenso a ganar peso si no se ajusta su dieta.
Edad y menor actividad: Los gatos senior o de edad avanzada tienden a moverse menos y a dormir más, gastando menos energía.
Genética y raza: Algunos gatos tienen predisposición genética a engordar. Por ejemplo, gatos mestizos provenientes de la calle tienden a desarrollar gran apetito por instinto de supervivencia.
Estrés o ansiedad: El estrés crónico puede influir en el metabolismo de tu gato. Además, algunos gatos ansiosos comen por aburrimiento o estrés.
Problemas médicos o medicamentos: En menor medida, enfermedades endocrinas (como hipotiroidismo, poco frecuente en gatos) o ciertos medicamentos (por ejemplo, corticoides) pueden provocar aumento de peso.
Nota: Identificar la causa principal del sobrepeso de tu gato te ayudará a abordar el problema de forma efectiva. En muchos casos se trata de una combinación de dieta inadecuada y poco ejercicio, agravado por la esterilización o la edad.
Riesgos y problemas de salud de un gato obeso
Un gato obeso no es un gato sano. Es importante comprender que el sobrepeso no es solo un tema estético: reduce la calidad y esperanza de vida de tu mascota.
Los gatos con kilos de más enfrentan un mayor riesgo de sufrir múltiples problemas de salud:
Diabetes mellitus: El exceso de grasa corporal provoca resistencia a la insulina, lo que puede derivar en diabetes felina.
Enfermedades articulares y óseas: El peso extra sobrecarga las articulaciones. Con el tiempo, un gato obeso puede desarrollar artritis o artrosis, sufriendo dolor y dificultad para moverse.
Problemas cardíacos y respiratorios: La obesidad aumenta el esfuerzo que debe hacer el corazón para bombear sangre. Pueden aparecer cardiopatías o insuficiencia cardíaca, así como dificultad respiratoria.
Trastornos urinarios: Es común que los gatos con sobrepeso sufran cistitis o formación de cálculos urinarios, en parte por su menor actividad y posible deshidratación.
Hígado graso (lipidosis hepática): El hígado de los gatos obesos es propenso a acumular grasa de forma excesiva.
Problemas dermatológicos: Los gatos muy gordos tienen dificultad para acicalarse adecuadamente. Esto puede derivar en pelaje descuidado, caspa, infecciones cutáneas o llagas por la falta de higiene en zonas donde el gato no logra lamerse.
Complicaciones en cirugías o anestesia: La anestesia resulta más arriesgada en un paciente obeso, y las cirugías se complican por la grasa alrededor de los órganos.
Menor calidad de vida en general: Un gato con sobrepeso suele jugar menos, se vuelve más perezoso, se cansa rápido e incluso puede mostrarse irritable o deprimido debido a las limitaciones físicas. Actividades cotidianas como saltar a su lugar favorito, asearse o usar su arenero pueden volverse difíciles.
En resumen, permitir que nuestro gato alcance la obesidad es, sin querer, poner en peligro su salud.
Estudios muestran que incluso un exceso de 1 kg en un gato mediano (por ejemplo, pesar 5 kg en lugar de 4 kg) equivale a unos 16 kg de sobrepeso en una persona de 65 kg, una carga significativa para su organismo.
Por fortuna, nunca es tarde para actuar y ayudar a tu amigo felino a volver a estar en forma.
A continuación, veamos cómo poner a dieta a un gato obeso de manera efectiva y segura.
Cómo ayudar a tu gato a perder peso de forma segura
Si has confirmado que tu gato está gordo, es hora de pasar a la acción con un plan de adelgazamiento felino.
Pero ojo: no se trata de poner al gato a dieta de forma drástica. Hacerlo adelgazar requiere seguir pautas adecuadas, ya que una pérdida de peso demasiado rápida puede ser peligrosa (por la lipidosis hepática).
Sigue estos pasos y consejos para lograr que tu gato baje de peso de manera saludable y sin riesgos:
Consulta con el veterinario
Antes de cambiar nada en la alimentación de tu gato, llévalo al veterinario para una evaluación completa.
El profesional determinará cuánto debería pesar tu gato según su raza, edad y constitución, y podrá descartar enfermedades que causen obesidad.
Además, te ayudará a definir un objetivo de peso y un plan de adelgazamiento adecuado.
El veterinario puede recomendarte un alimento específico "light" o de prescripción y la ración diaria exacta para iniciar la dieta.
A tener en cuenta: Según el estudio Management of obesity in cats, publicado en la National Library of Medicine, se recomienda que una pérdida de peso segura para un gato debe ser del 0,5 % a 2 % del peso corporal por semana. Ir más rápido puede conllevar riesgos, especialmente la lipidosis hepática, que es una enfermedad del hígado que puede ocurrir si el gato deja de comer o pierde grasa muy rápidamente.
Elige una dieta felina adecuada
No basta con dar menos comida de la habitual; es preferible cambiar a un alimento formulado para bajar de peso.
Este tipo de alimentos tienen menos densidad calórica, pero aportan proteínas altas, fibra y todos los nutrientes esenciales.
Así, tu gato sentirá saciedad, mantendrá su masa muscular y no sufrirá carencias mientras adelgaza.
No reduzcas drásticamente la ración del alimento regular que le dabas, porque podrías dejarlo sin nutrientes suficientes.
Es mejor un alimento bajo en calorías pero equilibrado. Sigue las cantidades recomendadas por el fabricante o el veterinario para ese alimento específico.
Si quieres más información, puedes leer los artículos Tabla de Porciones de Alimento para Gatos y Qué Comen los Gatos en el blog de Cacttus.
Evita el ayuno y los cambios bruscos
¡Nunca dejes a tu gato sin comer! Un error grave sería pensar que “pasar hambre” lo hará adelgazar más rápido.
Los gatos no deben ayunar, ya que al hacerlo su hígado corre riesgo de padecer lipidosis hepática, una enfermedad letal.
Por lo tanto, jamás optes por dietas de choque. Si vas a introducir un alimento nuevo de dieta, haz una transición gradual mezclándolo con el anterior durante 1 a 2 semanas. De este modo evitarás problemas digestivos y tu minino se adaptará mejor al sabor.
Asegúrate de que siempre tenga agua fresca disponible, ya que una buena hidratación ayuda al metabolismo y la saciedad (dar parte de su dieta en comida húmeda también aporta agua extra).
Fomenta la actividad física diariamente
El ejercicio y el juego son aliados imprescindibles para que tu gato baje de peso.
Dedica tiempo cada día a jugar con él: puedes usar juguetes interactivos, varitas con plumas, punteros láser, pelotas o túneles para hacer que se mueva.
Incluso puedes esconder pequeñas porciones de su comida dietética (o premios bajos en calorías) por la casa para que las busque.
Si tu gato es muy perezoso, comienza con sesiones cortas de 5-10 minutos varias veces al día y ve aumentando el tiempo.
También es útil estimularlo a subir a rascadores o muebles (coloca camitas en alto para que quiera subir).
Si es viable, deja que explore espacios seguros al aire libre o en un balcón/terraza supervisada, ya que el entorno exterior lo animará a moverse.
Recuerda: todos los gatos pueden ejercitarse más, solo hay que encontrar las actividades que más les diviertan. Un gato que juega quema calorías, refuerza sus músculos y, de paso, ¡es más feliz!
Controla su evolución de cerca
Durante el proceso de dieta, lleva un registro del peso de tu gato. Trata de pesar a tu gato cada 2 o 3 semanas (en una báscula de precisión, idealmente a la misma hora del día).
Anota los resultados para ver la tendencia. Si después de un par de meses notas que no adelgaza nada o, al contrario, que pierde peso demasiado rápido, vuelve al veterinario para ajustar el plan.
También observa su comportamiento y energía: un gato que adelgaza gradualmente debería mantenerse activo y de buen ánimo.
Si notas apatía, falta de apetito o cualquier signo extraño, consulta al veterinario. El seguimiento es importante para asegurar que la pérdida de peso va por buen camino.
Ten paciencia y sé constante
Adelgazar no ocurre de la noche a la mañana. Dependiendo de cuánto peso deba perder tu gato, el proceso puede tomar meses. No te desanimes si los cambios son lentos; la pérdida de peso debe ser lenta.
Mantén las rutinas de alimentación y juego, y verás que poco a poco tu felino recuperará su silueta. Piensa que no es una dieta temporal, sino un cambio de estilo de vida hacia hábitos más saludables.
Una vez que alcance su peso ideal, deberás continuar controlando la cantidad de comida y su actividad para que no recaiga.
Tu constancia y compromiso son clave para el éxito. ¡Ánimo, que los resultados valen la pena!
Siguiendo estas pautas, la mayoría de los gatos lograrán perder peso de forma segura.
Eso sí, nunca dudes en buscar apoyo profesional si tienes dificultades. Algunos gatos muy obesos pueden requerir suplementos especiales o terapias adicionales bajo supervisión veterinaria, pero esto solo será necesario en casos complicados.
La gran mayoría de los mininos podrán adelgazar simplemente con una dieta adecuada, ejercicio y mucho amor por parte de su tutor.
Importante: A medida que tu gato vaya bajando de peso, notarás mejoras en su movilidad, ánimo y salud en general. Celebrar esos pequeños logros (¡no con comida, sino con caricias o juegos!) te motivará a seguir.
Y recuerda que la prevención es la mejor medicina: una vez tu gato esté en forma, mantenlo así con buena alimentación y juego diario. Evitar la obesidad desde un principio es más fácil que tener que corregirla después.
También, para estar aún más tranquilo sobre su bienestar, considera contar con un seguro para mascotas (como los de Cacttus) que te ayude a afrontar cualquier eventualidad veterinaria en el futuro.
Preguntas frecuentes sobre la dieta para gatos con sobrepeso
¿Es mejor alimentar a un gato con sobrepeso con comida seca o húmeda?
Ambas pueden ser útiles, pero la comida húmeda suele tener menos calorías por porción y más agua, lo que ayuda a saciar al gato. Aun así, lo más importante es que el alimento esté formulado específicamente para el control de peso.
¿Cuántas veces al día debe comer un gato que está a dieta?
Lo ideal es dividir su ración diaria en 2 o 3 comidas, para evitar el hambre excesiva y estimular su metabolismo. Consulta al veterinario para definir la frecuencia ideal según el caso.
¿Es necesario desparasitar a mi gato antes de iniciar una dieta?
Sí, es recomendable. Parásitos intestinales pueden afectar la absorción de nutrientes o el apetito, y alterar el plan de dieta. Una desparasitación reciente asegura que la pérdida de peso sea efectiva y segura.