Lenguaje Corporal de Perros: Guía para Entender lo que tu Mascota Quiere Decirte
Por qué es importante entender el lenguaje corporal de los perros
La comunicación es la base de cualquier relación, y con los perros no es diferente. Ellos no pueden expresarse con palabras, pero utilizan su cuerpo como un lenguaje universal para transmitir lo que sienten, piensan o necesitan.
Desde una cola que se agita con alegría hasta una mirada esquiva por temor, cada gesto es una pista sobre su estado emocional.
Cuando un tutor aprende a interpretar estas señales, se abre una puerta hacia una convivencia más armoniosa y segura.
No se trata solo de “entenderlos” para jugar o pasear mejor, sino también de prevenir problemas de comportamiento, detectar signos tempranos de dolor o enfermedad y evitar malentendidos que puedan llevar a situaciones peligrosas, tanto para el perro como para las personas que lo rodean.
Por ejemplo, un perro que muestra los dientes no siempre quiere morder; a veces es simplemente una advertencia para que respetemos su espacio.
Si el tutor comprende este matiz, puede retirarse y calmar la situación antes de que ocurra un incidente.
Del mismo modo, reconocer el jadeo excesivo en un día fresco podría alertar sobre un problema de salud que requiere atención veterinaria.
Además, entender el lenguaje corporal de tu perro fortalece el vínculo emocional. Los perros perciben cuando sus cuidadores responden de forma adecuada a sus señales, lo que genera confianza y reduce el estrés.
En un entorno donde se sienten comprendidos, los perros se muestran más relajados, cooperativos y felices.
La Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA), en el Reino Unido, nos recuerda que el lenguaje corporal es una de las principales formas de comunicación de un perro, por lo que es realmente importante que aprendamos a comprenderlo, y que estar atentos a pequeños cambios puede ayudarnos a detectar problemas de salud o de bienestar antes de que se agraven.
Tipos de señales en el lenguaje corporal de los perros
El lenguaje corporal canino es variado y puede dividirse en diferentes tipos de señales, dependiendo de lo que comunican y cómo se expresan.
Conocerlas ayuda a interpretar de manera más precisa lo que un perro intenta transmitir.
Señales de calma
También llamadas "señales de apaciguamiento", son gestos para reducir tensiones o evitar conflictos.
Ejemplos: bostezar fuera de contexto, lamerse el hocico repetidamente, girar la cabeza, caminar en arco.
Qué hacer: Responder con calma, no forzar interacción.
Señales de felicidad y relajación
Indican comodidad, confianza y disposición para interactuar.
Ejemplos: cola moviéndose suavemente a media altura, orejas relajadas, boca entreabierta, postura suelta.
Qué hacer: Reforzar con afecto y juegos.
Señales de alerta o interés
Señalan que el perro está enfocado en un estímulo o lo considera relevante.
Ejemplos: cola erguida, orejas hacia adelante, cuerpo inclinado hacia el estímulo, mirada fija.
Qué hacer: Observar el entorno y su reacción.
Señales de estrés, miedo o sumisión
Aparecen cuando el perro se siente inseguro o amenazado. Algunos perros son más sensibles que otros a ruidos fuertes, cambios en la rutina o presencia de desconocidos.
Ejemplos: jadeo excesivo sin calor evidente, movimientos repetitivos como lamerse las patas, intentar esconderse o buscar protección, cola entre las patas, cuerpo encorvado, orejas hacia atrás, evitar contacto visual.
Qué hacer: En estos casos, lo mejor es ofrecer un ambiente tranquilo, permitirle un espacio seguro y evitar forzarlo a interactuar.
Señales de agresión o advertencia
Comunican que el perro quiere que respeten su espacio.
Ejemplos: gruñidos, mostrar los dientes, pelo erizado, cuerpo rígido.
Qué hacer: No acercarse ni provocarlo.
Es importante recordar que una misma señal puede significar cosas distintas dependiendo del contexto.
Por ejemplo, un perro puede gruñir durante el juego sin estar molesto, o bostezar simplemente porque tiene sueño.
Por eso, siempre hay que observar el conjunto de señales y el entorno en el que se dan.
El American Kennel Club (AKC) advierte que la mayor parte de la comunicación de los perros es no verbal, lo que puede generar confusión si las señales no se interpretan correctamente.
Algunas señales comunes y su significado
Aunque cada perro es único, existen patrones universales que se repiten en su lenguaje corporal.
Aquí las señales más comunes que puedes utilizar para practicar la comunicación con tu compañero peludo, resume algunas de las señales más frecuentes y lo que pueden significar.
Cola relajada y moviéndose suavemente
Significado: felicidad y calma.
Recomendación: refuerza con caricias o palabras amables.
Cola rígida y levantada
Significado: alerta o tensión.
Recomendación: observa el entorno y actúa con cautela.
Orejas hacia adelante
Significado: curiosidad o interés.
Recomendación: permite que explore o investigue.
Orejas hacia atrás o pegadas
Significado: miedo o incomodidad.
Recomendación: aléjalo de la situación que lo incomoda.
Postura encorvada o cuerpo agachado
Significado: sumisión o temor.
Recomendación: háblale con voz suave y ofrécele seguridad.
Lamerse el hocico repetidamente
Significado: estrés o nerviosismo.
Recomendación: identifica el motivo y reduce el estímulo.
Mostrar los dientes (sin gruñir)
Significado: advertencia.
Recomendación: no invadas su espacio, dale tiempo para calmarse.
Bostezo fuera de contexto
Significado: estrés o señal de calma.
Recomendación: evalúa si la situación lo está incomodando.
Mirada suave y parpadeo lento
Significado: confianza y relajación.
Recomendación: responde con calma y afecto.
Cómo mejorar la comunicación con tu perro
La comunicación efectiva con tu perro no se basa únicamente en enseñarle órdenes, sino en aprender a “leer” sus señales y responder de forma que él también te entienda. Esta conexión se construye día a día, con paciencia, coherencia y respeto mutuo.
Aquí tienes algunas recomendaciones para mejorarla:
Observa sus señales todos los días
Dedica unos minutos a notar cómo se comporta en distintas situaciones: durante los paseos, al conocer personas nuevas, al escuchar ruidos fuertes o al jugar.
Esto te ayudará a identificar su lenguaje corporal habitual y detectar rápidamente cuando algo cambie.
Refuerza las conductas positivas
Si tu perro muestra comportamientos que quieres fomentar, como esperar tranquilo antes de cruzar la calle o acercarse con calma a otro perro, prémialo con caricias, palabras amables o una golosina.
El refuerzo positivo fortalece el vínculo y le ayuda a comprender qué esperas de él.
Evita castigos físicos o gritos
Estas acciones no solo dañan la confianza, sino que pueden aumentar el miedo o la agresión.
En su lugar, utiliza correcciones suaves y redirige la conducta hacia algo positivo. Un perro que se siente seguro aprende más rápido.
Usa siempre señales claras y consistentes
Si una palabra o gesto significa “ven”, manténlo siempre igual. Cambiar las señales confunde al perro y retrasa el aprendizaje.
La coherencia es clave para que asocie cada orden o gesto con una acción concreta.
Permítele elegir y retirarse de situaciones incómodas
No todos los perros disfrutan de la misma forma el contacto social o los juegos intensos.
Si notas que tu perro retrocede, gira la cabeza o busca alejarse, respeta su espacio. Esto refuerza la confianza y evita estrés innecesario.
Acompaña las palabras con lenguaje corporal positivo
Los perros interpretan más rápido nuestras posturas y gestos que nuestras palabras.
Un tono de voz amable, movimientos lentos y una postura relajada transmiten calma y seguridad.
Mantén revisiones veterinarias y cuidado integral
Cambios en la comunicación o en el comportamiento a veces tienen origen físico, como dolor o malestar.
Revisiones periódicas en el veterinario ayudan a actuar de inmediato si algo no está bien.
En definitiva, la buena comunicación con tu perro se basa en observar, escuchar con atención (aunque no use palabras) y responder con empatía.
Cuanto más te esfuerces en entenderlo, más fluida y natural será la relación que compartan.
Dato curioso: La verdad detrás de la cola que se agita
Mover la cola parece una señal obvia del lenguaje corporal canino. Si un perro la mueve, ¿significa que está feliz? En realidad, no siempre.
Lo único que indica una cola que se agita es que el perro está emocionalmente estimulado.
Puede tratarse de entusiasmo, pero también de frustración o incluso de algo negativo.
Para interpretar correctamente sus emociones e intenciones, hay que fijarse en la velocidad, la dirección del movimiento y la posición de la cola.
En términos generales, cuanto más rápido sea el movimiento, mayor será el nivel de excitación.
Piensa en esos movimientos lentos y amplios, de lado a lado, que hacen cuando te saludan y que mueven todo su cuerpo: esa es una señal de un perro relajado y feliz.
En cambio, un movimiento rápido y tipo “latigazo” puede indicar una excitación más intensa, a veces con una connotación negativa, como en un perro guardián en alerta.
La dirección también da pistas. Un estudio sobre el movimiento de la cola mostró que los perros tienden a moverla más hacia la derecha cuando sienten algo positivo, como interactuar con su dueño.
Por el contrario, la mueven más hacia la izquierda cuando enfrentan algo que perciben como negativo.
Y, por supuesto, está el famoso “movimiento helicóptero” (cuando la cola gira en círculos): ese es, sin duda, un saludo feliz, que suele aparecer al reencontrarse con alguien muy querido.
La posición de la cola respecto al suelo también revela mucho sobre su estado emocional.
Cuanto más alta esté, más seguro o incluso dominante se siente el perro. Una cola baja o metida entre las patas suele ser signo de miedo o estrés.
Los perros relajados mantienen la cola en una posición neutra, aunque lo “neutro” varía según la raza.
Por ejemplo, el Chow Chow la lleva naturalmente enroscada sobre la espalda, mientras que el Galgo Italiano tiene una posición neutra muy baja.
Conocer la posición normal de tu perro te ayudará a identificar rápidamente cualquier cambio en su estado de ánimo.
En resumen, interpretar correctamente el lenguaje corporal no es un “extra” en la crianza o el cuidado de un perro, sino una herramienta esencial para garantizar su bienestar físico y emocional.
