Conoce qué es el vómito amarillo en perros, cuáles son las principales causas y qué puedes hacer para evitarlo.
No es raro que los perros vomiten de vez en cuando, especialmente los alimentos no digeridos si han devorado su comida demasiado rápido.
La mayoría de los episodios únicos de vómitos en perros no son motivo de preocupación. Pero, ¿y si tienes un perro que vomita bilis amarilla? ¿Deberías preocuparte? Sigue leyendo para saber más.
¿Qué es la bilis?
El vómito amarillo en los perros generalmente indica que hay bilis presente. La bilis es un jugo digestivo producido por el hígado y almacenado en la vesícula biliar hasta que el cuerpo lo necesita.
Cuando un perro come, la bilis se libera en el intestino delgado para ayudar a descomponer la comida.
¿Cómo puedo saber si mi perro está vomitando bilis?
La apariencia del vómito de perro puede variar mucho según lo que comió tu perro por última vez y hace cuánto tiempo.
Los perros generalmente vomitarán bilis cuando su estómago esté vacío. La bilis presente en el vómito puede verse como una sustancia amarilla espumosa o como un líquido amarillo pegajoso más espeso.
A veces puede variar en color y puede verse más verdoso que amarillo.
¿Por qué mi perro vomita bilis?
Hay muchas razones que hacen que los perros vomiten, pero la presencia de bilis reduce las posibles causas. Éstas incluyen:
1. Tienen el estómago vacío
Si tu perro ha pasado mucho tiempo sin comer, la bilis comienza a retroceder desde el intestino delgado hacia el estómago.
Esto irrita el revestimiento del estómago, lo que puede hacer que tu perro vomite. Esta es una causa muy común de vómito amarillo en perros y se conoce como síndrome de vómitos biliosos (BVS) .
Algunos perros pueden tolerar un estómago vacío por más tiempo que otros, pero de cualquier manera, los vómitos biliosos tienden a ocurrir durante la noche o temprano en la mañana antes de que el perro desayune.
BVS es similar al reflujo ácido en humanos, pero ocurre más abajo en el tracto digestivo. Con el reflujo ácido, el ácido del estómago regresa al esófago mientras que, con BVS, la bilis regresa del intestino delgado al estómago.
El BVS generalmente se resuelve fácilmente dividiendo la cantidad diaria de alimentos de tu perro en varias comidas más pequeñas a lo largo del día, en lugar de alimentarlo con una o dos comidas al día.
También es una buena idea alimentar a tu perro con una comida ligera justo antes de acostarse para reducir la cantidad de tiempo que su estómago está vacío durante la noche.
2. Enfermedad gastrointestinal
Muchas enfermedades gastrointestinales pueden provocar vómitos amarillos en los perros.
A menudo, también se pueden observar signos adicionales como diarrea, pérdida de apetito o letargo si este es el caso.
Los ejemplos incluyen el síndrome del intestino irritable (SII), la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), la enfermedad hepática o el cáncer en perros .
Es probable que yu veterinario necesite realizar varias pruebas, incluidos análisis de sangre, escaneos y radiografías para diagnosticar enfermedades gastrointestinales.
3. Pancreatitis
Esta es una enfermedad dolorosa y potencialmente mortal, que causa inflamación del páncreas.
Puede desencadenarse al comer alimentos grasos, pero también puede ocurrir sin una razón conocida.
Además de los vómitos repetidos, otros síntomas incluyen dolor abdominal, letargo y, en ocasiones, diarrea.
El tratamiento de la pancreatitis implica atención de apoyo que incluye medicamentos para aliviar la enfermedad, analgésicos y protectores intestinales.
Dependiendo de qué tan enfermo esté su perro, es posible que también requiera una hospitalización para que pueda recibir líquidos por vía intravenosa (un goteo) y cuidados de enfermería más intensivos.
4. Obstrucción gastrointestinal
Los bloqueos en el tracto digestivo pueden ocurrir cuando un perro come un objeto extraño que no es digerible, como una piedra, un calcetín, un juguete o un hueso.
Las posibilidades son infinitas y no hay límite para lo que tragarán algunos perros.
Un bloqueo gastrointestinal es potencialmente mortal si no se trata, así que comunícate con tu veterinario de inmediato si sospechas que tu perro ha comido algo que no debería.
Por lo general, se requiere cirugía para eliminar el elemento ofensivo, seguido de una estadía en el hospital mientras su perro se recupera.
5. Alergias alimentarias
El vómito amarillo en los perros a veces puede ocurrir debido a una alergia o intolerancia alimentaria.
Los ingredientes a los que tu perro es sensible pueden causar irritación en el revestimiento del tracto digestivo, lo que a su vez puede provocar vómitos. Por lo general, también tendrán otros síntomas como diarrea y/o picazón en la piel.
Un signo común de alergia alimentaria en los perros es lamerse o masticarse las patas en exceso, especialmente después de comer.
Por lo general, eliminar el ingrediente problemático de la dieta de tu perro resolverá el problema. Sin embargo, a veces puede ser complicado determinar a qué alimento es alérgico tu perro, especialmente porque muchos perros son alérgicos a más de un ingrediente alimentario.
En estos casos, es posible que se requiera una dieta de prueba en la que la mayoría de los ingredientes se eliminen de la dieta de tu perro y luego se vuelvan a introducir lentamente para ver si causan una reacción.
Hay dietas de prescripción veterinaria disponibles para ayudar con esto y su veterinario podrá brindarle más información al respecto.
6. Parásitos intestinales
Una carga pesada de gusanos puede causar irritación en el tracto gastrointestinal de tu perro y podría causar que tu perro vomite bilis amarilla.
Asegúrate de que tu perro tenga un régimen de desparasitación regular y habla con tu veterinario sobre los tratamientos más adecuados para tu perro.
Estas son algunas de las razones más comunes por las que un perro puede estar vomitando bilis amarilla, pero ten en cuenta que también hay muchas otras causas menos comunes.
El episodio ocasional de vómito amarillo en los perros probablemente no sea motivo de preocupación, pero siempre es una buena idea consultarlo con tu veterinario.
Esto es especialmente cierto si continúa vomitando a pesar de los cuidados en el hogar, o si parece no sentirse bien.
Los perros que vomitan pueden deshidratarse rápidamente, por lo que siempre es mejor tratarlos lo antes posible.