
Displasia de Cadera en Perros: Cómo Tratarla
¿Qué es la displasia de cadera en perros?
La displasia de cadera en perros es una enfermedad degenerativa que afecta la articulación de la cadera, causando inestabilidad y dolor en nuestra mascota.
Básicamente, se produce una malformación en la que la cabeza del fémur no encaja correctamente en el acetábulo (la cavidad de la cadera) lo que genera una laxitud en la articulación que, con el tiempo, puede llevar a que la cabeza femoral se desplace parcialmente (subluxación) o incluso se luxe.
Esto hace que la articulación no funcione bien, provocando un desgaste progresivo del cartílago, inflamación y dolor, lo que dificulta que el perro se mueva con normalidad.
Esta enfermedad afecta principalmente a razas grandes y medianas, como el Pastor Alemán, Golden Retriever, San Bernardo y Dogo Argentino, aunque puede aparecer en perros de cualquier tamaño o raza.
En resumen, la displasia de cadera en perros es un problema serio que afecta la calidad de vida de nuestra mascota.
Sin embargo, con un manejo adecuado, es posible aliviar el dolor y mejorar la movilidad, ayudando al perro a disfrutar de una vida activa y feliz.
Causas y factores de riesgo
La genética es la reina aquí. Si los padres de tu perro tuvieron displasia, las probabilidades aumentan considerablemente, ya que ciertos genes heredados de ellos incrementan la posibilidad de que el perro desarrolle esta condición.
Pero hay factores ambientales que también juegan su parte: el sobrepeso, el crecimiento demasiado rápido en los primeros meses, la masa corporal, el exceso o falta de ejercicio, y una alimentación pobre en nutrientes esenciales se consideran detonantes o agravantes.
Un estudio realizado en Patagonia halló que el 52,6% de los Pastores Alemanes evaluados presentaron displasia coxofemoral, y que la edad promedio de diagnóstico fue de apenas 1,5 años.
Aunque el estudio tiene un tamaño muestral reducido, demuestra lo relevante que es la prevención y los chequeos tempranos en razas propensas.
Síntomas: ¿cómo detectarla a tiempo?
Aquí la observación es clave. Los síntomas varían según la severidad y la etapa de la enfermedad, pero los más comunes son:
Cojera intermitente o permanente.
Dificultad para levantarse, especialmente después de dormir.
Dolor al tocar o manipular la cadera.
Renuencia a correr, saltar o subir escaleras.
Rigidez y movimientos lentos.
Paso “de conejo” (los dos miembros traseros se mueven juntos).
Cambios de conducta: menos ganas de jugar, irritabilidad, aislamiento.
A veces los síntomas pasan desapercibidos, sobre todo en cachorros, que pueden compensar el dolor con su energía. Por eso, ante cualquier sospecha, es fundamental consultar al veterinario.
Diagnóstico: radiografías y chequeos veterinarios
El diagnóstico de la displasia de cadera se basa en la observación clínica y la confirmación radiográfica. Las radiografías permiten ver el grado de malformación y decidir el tratamiento más indicado.
Los especialistas recomiendan realizar radiografías preventivas entre los 4 y 6 meses de vida en razas de alto riesgo, aunque cualquier perro con síntomas debería ser evaluado sin demora.
En Chile, los centros veterinarios cuentan con protocolos para evaluar la articulación coxofemoral mediante radiografías digitales y estudios de imágenes avanzadas, que pueden estar cubiertos por pólizas de seguro médico veterinario como Cacttus.
Tratamiento y manejo de la displasia de cadera en perros
El tratamiento de la displasia de cadera en perros debe ser personalizado y adaptado a cada paciente, teniendo en cuenta la gravedad de la enfermedad, la edad, el peso y el estado general del animal. En muchos casos, el objetivo principal es aliviar el dolor, mejorar la movilidad y retrasar el desarrollo de cambios degenerativos en la articulación.
Tratamiento conservador
En la mayoría de los casos y sobre todo en perros jóvenes, el tratamiento conservador puede dar excelentes resultados:
Control del peso: fundamental para disminuir la presión sobre las articulaciones. Aquí te dejamos una guía sobre cómo elegir la dieta más adecuada para tu perro.
Analgésicos y antiinflamatorios (siempre bajo receta veterinaria).
Suplementos condroprotectores como glucosamina y condroitín sulfato, que ayudan a mantener el cartílago saludable.
Ejercicio moderado y regular: paseos suaves, natación y evitar saltos y esfuerzos bruscos.
Fisioterapia y rehabilitación: La fisioterapia veterinaria es una excelente aliada para mejorar la movilidad y reducir el dolor en perros con displasia. Existen clínicas veterinarias en Santiago y otras ciudades que ofrecen terapias de rehabilitación.
Tratamiento quirúrgico
Cuando la enfermedad es severa o no responde a tratamiento conservador, el veterinario puede recomendar cirugía. Las principales técnicas son:
Sinfisiodesis púbica juvenil: se realiza en perros muy jóvenes y detiene el avance de la enfermedad.
Osteotomía pélvica triple: favorece una mejor articulación en perros jóvenes.
Escisión de cabeza y cuello femoral: elimina la cabeza del fémur para aliviar el dolor en casos graves.
Prótesis total de cadera: procedimiento sofisticado y costoso, reservado para casos críticos con buen pronóstico de recuperación.
En Chile, el acceso a acceso a cirugías ortopédicas veterinarias ha mejorado en los últimos años, pero sus costos siguen siendo elevados. Por eso, contar con seguro como Cacttus, que cubra parte de los gastos es muy relevante, y puede marcar la diferencia entre realizar un procedimiento a tiempo o tener que postergar por motivos de costo.
Prevención
La prevención comienza en casa desde cachorro, y es fundamental para minimizar la aparición y el impacto de esta patología que afecta la articulación de la cadera.
Una de las bases para prevenir esta alteración es mantener un peso saludable en nuestra mascota, ya que el sobrepeso aumenta la presión sobre la pelvis y la articulación coxofemoral, favoreciendo la aparición de la displasia.
Además, es importante evitar el ejercicio excesivo o inadecuado durante el crecimiento del perro, especialmente en razas predispuestas, para no dañar el hueso y la articulación en desarrollo.
La alimentación equilibrada juega un papel clave en la prevención. Proporcionar una dieta rica en nutrientes esenciales, vitaminas y minerales contribuye al correcto desarrollo óseo y muscular, ayudando a fortalecer la articulación.
Algunos suplementos condroprotectores pueden ser recomendados por el veterinario para proteger el cartílago y mejorar la calidad del líquido sinovial, retrasando así los cambios degenerativos.
Otra forma de prevención es la selección responsable de razas y reproductores. Evitar la cría de perros que presenten displasia o antecedentes familiares de esta enfermedad reduce el riesgo genético en las futuras camadas.
Es fundamental contar con la información adecuada sobre el historial de salud de los padres para tomar decisiones informadas.
La colaboración con veterinarios especializados permite implementar planes personalizados de prevención y manejo, adaptados a cada tipo de paciente.
Consecuencias de no tratar la displasia de cadera en perros
No tratar la displasia de cadera canina puede tener consecuencias graves y progresivas, como el desarrollo de artrosis, inflamación y degeneración articular, así como la pérdida de masa muscular en las patas traseras y dolor crónico que limita severamente la movilidad.
Esto lleva, a largo plazo, a una reducción significativa en su calidad de vida, haciendo que el perro evite actividades básicas como caminar, jugar o levantarse, y cause sedentarismo y aislamiento.
Además, la falta de tratamiento favorece el avance de la enfermedad, complicando el manejo del dolor y aumentando el riesgo de invalidez parcial o total en etapas avanzadas.
Enfrentar una enfermedad como la displasia no solo puede ser emocionalmente duro: también representa un desafío económico.
El seguro de mascotas de Cacttus está diseñado para acompañarte en todo el proceso, cubriendo consultas veterinarias, exámenes de diagnóstico, medicamentos e incluso procedimientos quirúrgicos.
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Preguntas frecuentes
¿La displasia de cadera solo afecta a perros grandes?
No, aunque es mucho más frecuente en razas grandes y gigantes, los perros pequeños también pueden desarrollarla, solo que ocurre con menor frecuencia.
¿La displasia de cadera es dolorosa?
Sí. En grados moderados o severos hay dolor, falta de movilidad y desgaste articular significativo.
¿Puede la displasia de cadera aparecer en perros adultos aunque no tuviesen síntomas de cachorros?
Sí, algunos perros desarrollan síntomas de displasia recién en la adultez, ya que los daños articulares pueden avanzar sin producir molestias evidentes durante la infancia.
¿La alimentación puede ayudar en la prevención de la displasia de cadera?
La alimentación equilibrada y el control del peso son claves; aunque no previenen la genética, ayudan a reducir el impacto de la enfermedad y disminuyen el dolor en perros afectados.
¿Qué tipo de suplementos se usan en perros con displasia de cadera?
Los suplementos más usados son la glucosamina y la condroitina, que ayudan a mantener la salud del cartílago articular y pueden disminuir la inflamación.