TVT en Perros: Qué Debes Saber
¿Qué es el TVT en perros?
El Tumor Venéreo Transmisible (TVT), también conocido como CTVT por sus siglas en inglés (Canine Transmissible Venereal Tumor), es un tipo de cáncer contagioso en perros que se transmite principalmente por contacto sexual o directo con las células tumorales de otro animal infectado.
A diferencia de otros tumores, este no surge de manera espontánea en cada animal, sino que se transmite por contacto directo entre perros, ya que las células tumorales actúan como un “injerto vivo” que pasa de un individuo a otro.
La forma más común de transmisión es durante el apareamiento, aunque también puede ocurrir por lamidos, mordeduras o el olfateo de zonas infectadas.
El TVT se desarrolla con mayor frecuencia en los genitales externos (pene, prepucio, vulva), pero en algunos casos puede aparecer en otras mucosas como la nasal, oral o incluso en la piel, producto de la autoinoculación.
Este tipo de tumor afecta con mayor frecuencia a perros jóvenes o adultos sin esterilizar, especialmente en poblaciones callejeras o de libre deambulación, donde el contacto entre animales es más difícil de controlar.
Aunque se observa en todo el mundo, su incidencia es más alta en países tropicales y subtropicales, donde las tasas de esterilización son bajas y la convivencia entre perros no controlados es más común.
Un dato interesante es que el TVT es considerado una de las líneas celulares cancerosas más antiguas conocidas.
Investigaciones genéticas han demostrado que las células del CTVT descienden de un tumor original que surgió hace más de 10.000 años, y que desde entonces ha sobrevivido transmitiéndose de perro en perro alrededor del mundo.
Esto lo convierte en un fenómeno biológico único dentro del reino animal.
Si buscas información sobre otros tumores, puedes leer el artículo Lipoma en Perros: Causas, Síntomas y Tratamiento en el blog de Cacttus.
Signos y síntomas del TVT en perros
El Tumor Venéreo Transmisible (TVT) es una enfermedad que presenta manifestaciones visibles y comportamentales que pueden alertar a los tutores sobre su presencia.
Aunque algunos perros pueden parecer saludables en las primeras etapas, los síntomas se vuelven más evidentes conforme el tumor crece o invade tejidos cercanos.
Reconocer estas señales a tiempo es clave para iniciar un tratamiento eficaz y evitar complicaciones.
Aparición de masas o bultos en la zona genital
El signo más característico del TVT es la presencia de una masa tumoral de aspecto irregular o con forma de coliflor, generalmente rojiza y que sangra con facilidad.
En los machos, estas lesiones suelen encontrarse en el pene o el prepucio mientras que en las hembras, se observan en la vulva o el vestíbulo vaginal.
Estas masas pueden crecer rápidamente y alcanzar varios centímetros, provocando dolor, incomodidad o rechazo al apareamiento.
Sangrado y secreciones anormales
Uno de los signos más comunes es la presencia de secreciones con sangre o flujo serosanguinolento provenientes de los genitales.
En las hembras, este síntoma puede confundirse con el celo, lo que retrasa la consulta veterinaria.
En los machos, es frecuente notar manchas de sangre en el suelo, cama o pelaje después de orinar.
Lamedura excesiva y molestias locales
El lamido constante de la zona genital es una conducta habitual en perros con TVT, debido a la irritación, picazón o dolor local.
Este comportamiento no solo agrava las lesiones, sino que también puede facilitar la autoinoculación del tumor en otras áreas, como la boca o la nariz.
Dolor y dificultad para orinar o copular
A medida que el tumor crece, puede obstruir parcialmente la uretra o causar dolor durante la micción y la monta.
Algunos perros muestran signos de esfuerzo al orinar, goteo, o incluso rechazo al contacto con otros animales por el malestar.
Lesiones fuera del área genital
Aunque el TVT se manifiesta principalmente en los genitales, también puede aparecer en otras zonas del cuerpo si hay contacto directo con las células tumorales.
Las localizaciones más comunes incluyen:
Nariz o cavidad nasal, por lamido o inhalación de secreciones.
Boca o encías, si el perro se lame las lesiones.
Piel o áreas cercanas a los ojos, por contacto accidental.
En estos casos, se pueden observar sangrado nasal, estornudos, dificultad para respirar o comer, e incluso deformaciones faciales si el tumor avanza sin control.
Cambios generales en el comportamiento y la salud
En etapas avanzadas, el perro puede presentar:
Pérdida de apetito y peso corporal.
Cansancio o decaimiento general.
Anemia, causada por el sangrado persistente de las lesiones.
Aunque el TVT rara vez produce metástasis, en casos excepcionales puede propagarse a ganglios linfáticos, hígado, bazo o pulmones, afectando el estado general del animal.
Diagnóstico de la enfermedad
El diagnóstico del Tumor Venéreo Transmisible (TVT) es un proceso clínico relativamente sencillo y de alta precisión cuando se realiza con los métodos adecuados.
Dado que este cáncer tiene características citológicas muy distintivas, los veterinarios pueden identificarlo con rapidez y confirmar su presencia sin necesidad de procedimientos invasivos.
Sin embargo, un diagnóstico correcto es fundamental para diferenciarlo de otros tumores o infecciones genitales que pueden presentar síntomas similares.
Examen clínico y antecedentes
El primer paso en la evaluación del TVT es el examen físico detallado del perro. El veterinario observará si existen masas visibles, secreciones anormales, sangrado o lesiones ulceradas en los genitales, boca o nariz.
También se considerarán los antecedentes del animal, como:
Si el perro no está esterilizado.
Si deambula libremente o tiene contacto frecuente con otros perros.
Si presenta signos de sangrado o lamedura excesiva.
Estos factores de riesgo aumentan la sospecha de TVT y orientan hacia la necesidad de pruebas específicas.
Citología: la prueba más utilizada
La citología es el método diagnóstico más común y confiable para identificar el TVT.
Consiste en tomar una muestra de células del tumor mediante una punción con aguja fina o un frotis directo sobre la lesión, y luego observarlas al microscopio.
Los veterinarios buscan un tipo celular muy característico: células redondas con vacuolas citoplasmáticas claras, núcleo grande y un patrón de cromatina distintivo.
Esta morfología es prácticamente exclusiva del TVT y permite un diagnóstico preciso.
Ventajas de la citología:
Es rápida (resultados en minutos u horas).
No requiere anestesia ni cirugía.
Es altamente precisa, con tasas de acierto cercanas al 95% según estudios veterinarios.
Permite iniciar el tratamiento sin demoras.
Histopatología y pruebas complementarias
En algunos casos, el veterinario puede recomendar una biopsia (análisis histopatológico) si:
El tumor tiene una apariencia atípica.
No hay respuesta al tratamiento después de varias sesiones.
Se sospecha una mezcla con otros tipos de cáncer.
La histopatología confirma la infiltración del tejido tumoral y descarta otras neoplasias como linfomas, histiocitomas o mastocitomas.
En casos de TVT extragenital o cuando se sospecha diseminación interna, pueden realizarse:
Radiografías o ecografías de tórax y abdomen.
Aspirados de ganglios linfáticos cercanos.
Estas pruebas permiten detectar posibles metástasis, que aunque poco frecuentes (menos del 5% de los casos), pueden presentarse en órganos como el hígado, los pulmones o el bazo.
Diagnóstico diferencial
El TVT debe distinguirse de otras enfermedades con síntomas similares, entre ellas:
Hiperplasia vaginal o quistes.
Infecciones bacterianas o fúngicas.
Papilomas o verrugas genitales.
Tumores de células redondas (linfomas, plasmocitomas, histiocitomas).
El diagnóstico correcto es clave, ya que el tratamiento del TVT difiere totalmente del de otros procesos infecciosos o tumorales.
Detectar el TVT en sus etapas iniciales mejora el pronóstico y reduce la duración del tratamiento.
La combinación de examen clínico, citología y evaluación general permite iniciar la terapia con vincristina sin complicaciones y con una tasa de éxito superior al 90%.
Tratamiento del TVT en perros
El Tratamiento del Tumor Venéreo Transmisible (TVT) en perros ha evolucionado notablemente en las últimas décadas, logrando tasas de curación superiores al 90% con protocolos bien aplicados.
La mayoría de los casos responden favorablemente a la quimioterapia, aunque también existen alternativas como la radioterapia o, en casos muy seleccionados, la cirugía.
La elección del tratamiento depende del estado general del perro, la extensión del tumor y la localización de las lesiones.
Quimioterapia: el tratamiento de elección
La quimioterapia con vincristina es el tratamiento más utilizado y efectivo para eliminar el TVT.
Este medicamento actúa inhibiendo la división de las células tumorales, lo que lleva a su destrucción progresiva sin afectar gravemente los tejidos sanos.
Protocolo estándar:
Fármaco: Vincristina sulfato
Dosis: entre 0,5 y 0,75 mg/m² por vía intravenosa
Frecuencia: una vez por semana
Duración: entre 4 y 6 sesiones, según la respuesta del paciente
En la mayoría de los casos, el tumor comienza a reducirse visiblemente después de la segunda o tercera aplicación, y desaparece por completo hacia la sexta semana.
Los estudios clínicos reportan tasas de remisión total superiores al 90%, alcanzando incluso casi el 99% de éxito cuando se completa el protocolo.
Efectos secundarios posibles:
Cansancio leve o decaimiento temporal
Pérdida de apetito transitoria
En raros casos, vómitos o diarrea
Los efectos adversos suelen ser leves y controlables bajo supervisión veterinaria.
Radioterapia y terapias alternativas
Cuando un perro no responde adecuadamente a la vincristina o presenta resistencia tumoral, el veterinario puede recomendar otros fármacos, como doxorrubicina o lomustina, o bien optar por radioterapia localizada.
La radioterapia puede ser útil en casos donde el tumor está en zonas difíciles de tratar con medicamentos (por ejemplo, en la cavidad nasal u oral).
Esta técnica destruye las células tumorales mediante radiación ionizante, y suele combinarse con quimioterapia para lograr mejores resultados.
Cirugía: un método de apoyo
La cirugía no es el tratamiento principal, ya que el TVT tiende a reaparecer si no se eliminan todas las células tumorales.
Sin embargo, puede considerarse en situaciones específicas:
Tumores muy grandes o ulcerados que impiden el tratamiento inmediato.
Lesiones que bloquean la micción o causan dolor intenso.
Casos en los que se busca reducir el volumen tumoral antes de aplicar quimioterapia.
En estos escenarios, la cirugía se usa como complemento, seguida siempre de vincristina para eliminar posibles restos celulares.
Cuidados durante y después del tratamiento
Durante el tratamiento, el tutor debe seguir algunas recomendaciones esenciales:
Evitar el contacto con otros perros, especialmente durante las primeras semanas, para prevenir contagios.
Mantener la zona afectada limpia, sin aplicar pomadas o remedios caseros.
Cumplir estrictamente las citas veterinarias, ya que suspender el tratamiento antes de tiempo puede provocar recaídas.
Revisiones de control cada 3 a 6 meses tras la remisión, para asegurar que el tumor no reaparezca.
En la mayoría de los casos, los perros tratados adecuadamente recuperan por completo su salud y calidad de vida.
Pronóstico: una enfermedad curable
El TVT, pese a su naturaleza contagiosa y su rápida expansión, tiene un excelente pronóstico cuando se trata de forma oportuna.
Se ha demostrado que con la quimioterapia adecuada, en 9 de cada 10 perros el tumor desaparece por completo después del tratamiento, y las recaídas son poco frecuentes si se mantienen controles veterinarios regulares.
La detección temprana sigue siendo el factor más importante para evitar complicaciones y reducir el tiempo de tratamiento.
Recomendación: Tratar un cáncer como el TVT implica visitas periódicas al veterinario, medicamentos especializados y seguimiento clínico. Contar con un seguro de mascotas, como Cacttus, puede ayudarte a enfrentar los gastos de diagnóstico y tratamiento, asegurando que tu perro reciba la atención adecuada sin comprometer tu economía.
Prevención del TVT: qué puedes hacer
Esterilización y control de la reproducción: Reduce conductas de deambulación y apareamientos no planificados, disminuyendo el riesgo de contacto con perros portadores. Puedes leer acerca de los Beneficios de Esterilizar a un Perro en el blog de Cacttus.
Evitar el contacto con perros infectados: Durante paseos o estadías en parques, evita la interacción directa con perros que presenten masas genitales, sangrado o secreciones anormales.
Revisiones veterinarias periódicas: Un examen clínico permite detectar lesiones tempranas y tratarlas con mejor pronóstico.
Tenencia responsable y normativa: Cumple con registro, identificación y cuidados conforme a la Ley 21.020, y apoya campañas locales de esterilización y adopción responsable.
Preguntas frecuentes
¿El TVT en perros es siempre sexual?
No siempre. Aunque el apareamiento es la vía principal, el tumor puede autoinocularse o transmitirse por lamidos/olfateo de mucosas afectadas.
¿Se puede curar sin quimioterapia?
Hay regresiones espontáneas excepcionales, pero lo recomendado es tratar con vincristina, dado su alto éxito y la rapidez para lograr remisión.
¿Cuánto tarda en curarse el TVT en perros?
Muchos pacientes logran remisión en 4–6 semanas con vincristina; algunos necesitan 8 sesiones. Tu veterinario ajustará el protocolo según la respuesta.
¿El TVT puede volver a salir?
La recurrencia es poco común tras remisión completa, pero puede ocurrir si persiste la exposición a perros infectados. Los controles ayudan a detectarla a tiempo.
